En edades tempranas, cuando el crecimiento nos brinda su apoyo, se utilizan técnicas simples, para reacomodar los músculos y alinear los dientes.
Este tratamiento en la primera infancia favorece la corrección de hábitos perjudiciales, como el chupeteo del dedo, la interposición de la lengua al hablar.
Además de preparar la boca para el alineamiento correcto de los dientes definitivos.